
Antecedentes
La quebrada de Livilcar se ubica aproximadamente a 65 kilómetros de la ciudad de Arica, donde termina el valle de Azapa. Caracterizada por sus imponentes paisajes, el sonido del correr del rio san José, y de poseer el santuario católico más visitado y de más difícil acceso en la región. La quebrada no es solo el santuario de las peñas, ya que desde hace siglos ha sido poblado por diferentes familias distribuidas en diferentes asentamientos y pueblos desde Chamarcusiña hasta el asentamiento de Condurire, donde comienza el río san José.
En la quebrada de Livilcar, debido a la migración del campo a la ciudad, y a la dificultad en el acceso a los diferentes asentamientos de la quebrada se ha dejado de practicar antiguas celebraciones.
De las últimos nacidos y criados en la quebrada de Livilcar que viven hoy en día, están en una edad muy avanzada, y no se han traspasado totalmente estas tradiciones a sus hijos, que viendo la dificultad de seguir costumbres (especialmente en ciertas fechas del año) han abandonado gran parte de las festividades.
Los registros en nuestra comunidad son imperantes debido a la edad avanzada de los livilqueños y al desconocimiento de las nuevas generaciones de las tradiciones y costumbres de sus antepasados. Este proyecto pone en escrito la tradición oral de los abuelos de Livilcar, y también pone en evidencia que si bien se han olvidado ciertos elementos de las costumbres o tradiciones de Livilcar(cantos, rituales, etc), los jóvenes son los llamados a realizar el rescate necesario para que revitalizar las costumbres de sus antepasados.
El presente trabajo es expuesto a traves de la web para que sea de uso publico esta información ya que no sólo pretende ser un material que sirva para recordar ciertas tradiciones y costumbres, sino que también promover su recuperación gradual teniendo en cuenta las dificultades geográficas y de accesibilidad que se tiene.
A través de este registro de fiestas verán que la quebrada de Livilcar es más que una fiesta, sino una vida en torno a lo divino. Las diferentes fiestas que se celebraban a lo largo del año nos da a entender que la vida de los livilqueños giraba en torno a sus deidades, la naturaleza y la conexión entre ellas.
Espero que disfruten de este trabajo que se ha hecho con gran cariño, y amor. Y que Viva la Quebrada Livilcar!


