
Semana Santa en Livilcar
Semana santa es celebrada en todo el mundo cristiano católico en conmemoración de la pasión y muerte de Jesucristo. En Livilcar al ser una comunidad en su mayoría católica con rasgos indígenas, esta celebración es recordada como una de las más significativas para los abuelos livilqueños.
Actualmente la Semana Santa abarca desde jueves Santo hasta Domingo de Resurrección,pero hace no muchos años atrás en Livilcar, se celebraba desde el día miércoles santo al Domingo de Pascua.
Miércoles de Encuentro
Este día se caracterizaba por la presencia de la virgen de los Dolores y el Cristo. Las mujeres se trasladaban con la virgen de los Dolores desde la iglesia por el sector bajo del pueblo, mientras los hombres iban por el sector de arriba del pueblo llevando el cristo, hasta encontrarse para rezar y realizar plegarias. Este encuentro terminaba con una procesión todos juntos hacia la iglesia de Livilcar.
Jueves Santo
El día jueves santo era un día especial para los creyentes. El día estaba marcado por el ayuno que debían realizar durante la mañana, y también por la creencia que durante este día no se debía realizar ningún tipo de trabajo, ya que solo se debía dedicar este día a meditar u orar en favor del señor Jesús.
“A la persona que estaba lavando ropa o haciendo algún trabajo, se le decía que no lo hiciera, porque esa acción le causaba más dolor a Jesús…”
Rita Cañipa
Viernes Santo
Este día se armaba el sepulcro del Señor. En este sepulcro de Jesucristo, se recostaba el cristo grande de la iglesia, el cual era adornado con frutas, y se le hacía un cielo[1] al sepulcro. También se le adornaba con platería propia de la iglesia.
En este instante es importante mencionar la figura del rezador de fiestas, una persona que era vital en los ritos que se debía seguir durante semana Santa. Por lo general, era de otro pueblo, y rezaba con un libro en latín y español.
“Al lado de San José se ponía un triángulo con 15 velas, el rezador guiaba los rezos y los cantos y cuando finalizaba cierta estrofa, tocaba un tipo de matraca y apaga cada una de las velas. Solo quedaba una vela prendida, la cual se llevaba a la sacristía. La iglesia quedaba en tinieblas, y empezaban unos personas a pegar latigazos alrededor de las personas simulando los golpes que recibió Cristo”
Hernán Tarque Centella
Finalizado el rito del rezador con la vela de la sacristía, se prendían las velas que fueron apagadas, y la gente se dirigía hacia las afueras de la iglesia, donde se pawaban las vestimentas de los varones[2].Antiguamente eran 8 varones, 4 varones cargaban el sepulcro(los otros 4 varones eran el relevo de los que cargaban el sepulcro) más dos niños con vestimentas rojas.El monte calvario lo cargaban 4 hombres más (vestidos con ropas normales), además de 4 mujeres que cargaban a una virgen.
La puerta de la iglesia estaba totalmente cerrada. Los varones golpeaban la puerta de la iglesia, y el rezador les preguntaba si ellos venían a buscar el cuerpo de cristo, a lo que los varones al unísono respondían que Sí. Entraban cantando y arrodillándose recitando las siguientes estrofas:
“Entremos varones a la casa de nuestro señor, que hoy está muerto….
¡Amantísimo Jesús, conozco Dios mío, la causa de su muerte, misericordia dios mío!
Los varones y demás personas tomaban sus puestos, y cargaban a la virgen y al monte calvario. La procesión era lenta, pues los varones avanzaban dos pasos hacia delante y uno para atrás.
“El sepulcro era muy pesado, ya que se le echaba frutas que se producían en el pueblo. Algunos no terminaban la procesión, que duraba toda la noche…”
Marina Cañipa
Las estaciones de esta procesión eran extensas, diferente a las procesiones de otras fiestas del pueblo. En las esquinas del pueblo los habitantes de las casas donde pasaba el señor y la virgen, ofrecían diferentes comidas o bebestibles (queques, sopaipillas, chocolate caliente, etc.) para los varones y los feligreses que estaban en la procesión. A la mañana del sábado, se terminaba la procesión del viernes santo: los varones y feligreses terminaban su tarea, e iban tranquilos a descansar a sus hogares.
Sábado Santo
Durante el día sábado en la noche, la gente del pueblo bajaba a la virgen Rosario que se encuentra en la cima del altar de la iglesia de Livilcar. La virgen era adornada con las distinta platería con la que contaba la Iglesia de Livilcar, además se le hacía un cielo con el cual era paseada por el pueblo. Casi al terminar la procesión 4 jóvenes se encargaban de pasear rápidamente por el pueblo a un pequeño Cristo, el cual los livilqueños decían que “borraba los pasos”, y con esto todo volvería a la normalidad. La procesión por el pueblo terminaba con la noticia de Jesús resucitado y la alegría de livilqueños que volvían a sus hogares.
Domingo de Resurrección y las Pascualas
El día domingo por la mañana, cercano al mediodía, las mujeres del pueblo eran las encargadas de animar el domingo de resurrección, es ahí cuando aparecen las llamadas “pascualas”. Las pascualas[3] eran mujeres de distinta edad, y de las diferentes familias del pueblo, que ofrecían bebestibles a los hombres que se encontraban en la plaza del pueblo para festejar la resurrección de Jesús. Con la celebración organizada por las pascualas terminaba la fiesta de semana santa.
[1] Cielo: Simulación de un cielo estrellado.
[2] Varones: Son los encargados de cargar el sepulcro de Jesús, vestían totalmente de blanco.
[3] Pascuala: Denominación a las mujeres livilqueñas que compartían tragos durante la Pascua de Resurrección.
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